sábado

A breakfast in a roller coaster

Se despiertan por la mañana y todo ha cambiado, a su alrededor ya no queda nada de lo de ayer.
 En la habitación no había nada más que una cama, unas mantas y sus pertenencias esparcidas por el suelo, creando un inquietante orden.
 Puede que la noche anterior hubiese confundido a la mañana y todo se hubiese vuelto del revés, y que realmente se encontraban en otro espacio diferente, donde creen que nadie los puede ver.

Todo es caótico, como un desayuno en una montaña rusa.
Todo es fantástico, como un plato de satélites a la plancha
Todo es improbable,  como una siesta en un armario.
Todo es imposible,  como unos pinguinos aliñándote la ensalada.





5 comentarios:

  1. lo de tomar el té en una montaña rusa me lo apunto en tareas pendientes.

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  2. Pero si es genial, que maravilla sería poder disfrutar durante unos instantes de esas sensaciones :)

    Besazos inoportunos

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  3. Me han gustado las comparaciones, las he visualizado y todavía me gustan más.

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